jueves, 5 de abril de 2012

Yo nunca tuve Game Boy

Tuvimos un Atari 2600, tuvimos un NES y un Super NES, pero un portátil implicaría ser solamente de alguien, y yo no merecía un jueguete tan costoso, no que los otros niños de los barrios se lo merecieran más, pero ellos tenía más dinero o mejores habilidades para el hurto. Cuando tenía 9 conocí a un niño con uno, se lo había ganado en En Familia con Chabelo, me contó. El de él era de un azul horrendo, tenía nada más dos juegos y los había tenido por años sin esperanzas de obtener más, pero le tenía envidia, más que nada por la idea mágica e injusta de que cualquiera pudiera habérselo ganado, así como así pudo haber terminado en las manos de un niño al que le podía cambiar la vida, digo, a mí me la pudo haber cambiado. Mi vida cambió muchísimo el día que mi hermano instaló un emulador de Super NES en nuestra PC Windows 98, que fue lo que básicamente se convirtió en mi primera consola. Que hubiera tenido un Game Boy a esa edad como mi primera consola habría cambiado todo, pero creo que de ninguna manera para el mal de mi pasión jueguística. Ya más tarde en la primaria, como a los 11, 12, me topé con otros cuantos niños suertudos que tenían uno, di vueltas en el aire de asombro al ver que uno de ellos tenía un eliminador que le permitia cargar su consolita a la corriente eléctrica y jugar indefinidamente. En ese momento sí me visualicé teniendo uno y jugándolo por horas y horas. En la secundaría, ya con bello púbico, alguien me prestó un Pokémon Red, lo jugué en el Game Boy Advance de mi hermano. Fue maravilloso. Hasta la fecha creo que sigue siendo el único juego de Game Boy que he jugado a plenitud, y creo que ningún otro pudo ser mejor.

2 comentarios:

Alandroide dijo...

¿Qué sería de nosotros sin los hermanos mayores? El mio se compró un game boy cuando yo tenía 6 años. Mis juegos favoritos fueron uno de Robocop y uno haro difícil de rico mac pato. Los llevo en mi corazón.

Christian O. Grimaldo dijo...

Yo tenía ese de duck tales!!! rico Mc Pato brincaba sobre su bastón para romper cosas... era la onda.

Mi primer gameboy llegó como un milagro, no era para mi, lo trajo una tía de Estados Unidos para ver a quien le tocaba; se le ocurrió que a mi, tenía varios cartuchos, uno era de Mario Bros, otro era de Wario, los acabé mil veces.

Me he deshecho de todas mis consolas, pero ese gameboy sigue en un cajón. Alguna extraña energía me une a él y me impide desplazarlo.

Comparto las emociones de tu entrada-