miércoles, 7 de diciembre de 2011

El atamiento de Isaac

El arte no es qué, sino cómo.
No intento establecer que The Binding of Isaac es arte, sino que este mismo principio puede ser aplicado a algunos videojuegos.
Hace tiempo leí una reseña de Shadows of the Damned, donde Jim Sterling explicaba como hay muchísimos juegos cuya fórmula jueguística es muy similar, por no decir idéntica, pero que es la piel, el modo, el cómo, lo que los hace diferenciarse, y en algunos casos hasta sobresalir. Tal es el caso del juego del que se hablaba, Shadows of the Damned, y a mi parecer, también el de The Binding of Isaac.

No es un juego que haga algo que no se halla hecho antes, ni siquiera es que lo haga mejor que otros, o revolucione. Es el cómo lo hace. Es la atmósfera y el estilo que nos propone. Empezando por la premisa. Se las contaría, pero como les digo, este encanto se tiene que experimentar para sentise:


Cuando los power-ups van desde usar la toalla femenina de mamá hasta hacer pactos con el diablo para hacerte más fuerte, pasando por usar la cabeza de tu gato muerto y hormonas de crecimiento, es imposible ser indiferente. O te encanta o te caga. Hablando de caca, también hay un power-up de esta, sirve para que las moscas no te ataquen.


Los jefes son en su mayoría hermanos abandonados de Isaac, están los hermanos siameses, el hermano que ataca usando orina, el que es una pila de desechos, el que es sólo una cabeza que brinca, el que es un gusano gigante, el que parece ser el anticristo, entre otros.
También están los cuatro jinetes del apocalipsis:


Y los siete pecados capitales:


¿Ven a lo que me refiero?

The Binding of Isaac es tan fácil de entender que el tutorial son sólo cuatro dibujitos que aparecen en la primera habitación cuando incias, el resto se explica por sí sólo. El chiste no está en su complejidad, sino en encontrarle el gusto a su retorcido sentido del humor. Y es por eso que se ha convertido en uno de mis juegos favoritos que he jugado últimamente.
La otra cosa que me pone muy alegre es la manera en que funciona, generando al azar cada habitación e ítem que aparece, de forma que aunque el juego funciona al estilo arcadia: sin puntos de grabación, sólo juegas, mueres y vuelves a comenzar, no ha llegado a ser enfadoso y se vuelve increíblemente robusto.
No creo que dejar de jugarlo por un largo tiempo. Darle al menos una vez al día, lo que puede tomar entre 4 minutos y una hora, dependiendo de la suerte. Tal vez mientras oigo música, o un podcast. Ah, cómo me encantan estos juegos que no demandan pensamiento sino instinto, aquellos que puedes jugar con el cerebro en automático, o jugarlos mientras piensas en cualquier otra cosa. Que incluso funcionan como distracción de otros juegos más envolventes y demandantes.

Yo lo compré en el penúltimo Humble Bundle, pero ni falta que hacía: está en dos y medio dólares en Steam.

2 comentarios:

Alandroide dijo...

¡Zaco! Siempre he querido usar toallas sanitarias como armas.
A mí se me hace como para pc pero, ¿Para qué consola es?

Ismoísta dijo...

Sí: es pa' PC, Steam es la plataforma videojueguil más chingona para PC.